Race Report Giro del Lago 2018
Este relato va dedicado a cuatro mosqueteros de fuste que se ganaron el reconocimiento de la realeza ciclística en el Giro del Lago 2018. No puedo comenzar este relato sin destacar la impecable organización de la carrera por parte de Ultraman, que se ocupa de todos los detalles para que sea un evento de primer nivel. Sin tanto subterfugio pasamos a lo principal “la carrera”.
Siendo las 7:30 am un viento sacado de película de terror que nos auguraba un día duro, pero con el aliciente de que no tendríamos lluvia para complicar aún más el día. Finalmente se dio la partida 8:00 hrs y como siempre el pelotón neutralizado hasta Llanquihue, aunque debido al viento rápidamente se separaron los grupos durante la neutralización. Los primeros kilómetros son una maravilla de paisaje, pero el enfoque está en no perder la rueda, así que poco tiempo hay para disfrutar el paisaje.
Los numerosos pelotones que se forman al principio se van desgranando con las subidas, especialmente en la primera subida a los 50Km al llegar a Puerto Octay, donde se “desgrana el choclo” y ahí comienza la carrera de verdad. Terminando la subida de Puerto Octay en un pelotón de unos 50 ciclistas se encuentran en la cima unos 10 ciclistas cada uno con su sufrimiento individual, donde las miradas de esos 10 guerreros trataban de buscar una respuesta en sus 10 compañeros de ruta por los próximos kilómetros.
A esas alturas sólo restaba ponerle hasta lo que el sentido común diga y en esas circunstancias confiar en que será un pelotón de guerra. Llegan los 90km y surge la gran frase que se convertiría en profecía “Parece que vamos cuatro mosqueteros llevando al grupo”.
Avanzan los kilómetros y se suma mas gente al pelotón, pero estos cuatro mosqueteros como haciendo un pacto de sangre, toman la punta y ponen un ritmo demoledor que causa estragos en el pelotón y quedan sólos a la deriva nuevamente. Así estos paladines se cruzan con la partida de los 80K cerca de Cascadas y a paso firme comienzan a meter pedal con relevos sin que un extraño pueda meterse en esta locomotora a todo vapor. A esas alturas los cuatro mosqueteros ya se comunicaban telepáticamente y con un afecto casi familiar remembrando la gran frase “todos para uno y uno para todos”.
Así llegan los cuatro mosqueteros a Cascadas con un pequeño grupo desgastado y pensando “ahora descansan los mosqueteros con algunos ciclistas que van de gregarios”. Sin embargo, nuevamente una pesadilla, ya que los cuatro mosqueteros iban al frente tirando y descolgando a todo lo que aparecía al frente. Vienen las subidas entre Cascadas y Ensenada que son muy come piernas y ahí nuevamente los cuatro mosqueteros a paso firme y expectantes siguen al frente de los pocos que se podían sumar a esas alturas.
Por fin llegan los mosqueteros a Ensenada y el circuito se pone plano al fin para descansar un rato. Como en tiempos de guerra los mosqueteros celebran con un banquete en casa, sacan sus alimentos y comen y festejan el triunfo de una nueva batalla. A esas alturas daba lo mismo los que se sumaban al pelotón, pero lo importante es que entre los mosqueteros había un pacto de honor y lealtad. Se miraban y cuidaban para que ninguno se quedara atrás, en esa dinámica se meten varios al frente como queriendo asumir un liderazgo improvisado, pero los mosqueteros llevaban un largo viaje de duras travesías, que algunos querían compartir con poco o nada de mérito.
Faltando pocos kilómetros para la meta la tarea está cumplida y los mosqueteros pierden sus fuerzas para levantar su espada, pero el honor en alto y cada uno a escasos segundos de diferencia puede sentir el orgullo de haber cumplido su misión y volver a casa con el corazón satisfecho.
Felicitaciones a todos los mosqueteros que batallaron hoy en esta linda carrera:
Porthos: Folo
Aramis: Rodrigo Cordovero
Athos: Juan Carlos Varas
D’Artagnan: Cristian Godoy
por Rodrigo Cordovero
Fecha de la carrera: Sábado 3 de noviembre de 2018