Race Report: Giro del Lago Marzo 2020
Para mí el Giro del Lago es mucho más que las horas que pasamos compitiendo sobre la bicicleta, por eso, mi Race Report englobará mucho más que sólo el pedaleo.
El Giro del Lago fue mi primera carrera de ciclismo y tuve la suerte de compartirla con mi marido, por eso le tengo un cariño especial. Participé de los 80K en 2017, cuando sólo llevaba un par de meses pedaleando y nunca había hecho más de 50K, y a pesar de que realmente sufrí, la suma de todos los factores fue tan increíble que me prometí volver a vivir la experiencia todas las veces que pudiera.
Y es que para mí esta fiesta parte cuando reservas el alojamiento, cuando organizas el viaje a Puerto Varas, cuando llegas a la ciudad y ves a todos pedaleando en las calles, cuando vas a buscar tu kit de competencia, te pones la tricota y te sacas fotos con tus compañeros, cuando empiezas a sentir los nervios en la charla técnica, cuando le pones el número a tu bicicleta, revisas la presión de los neumáticos y, finalmente, te reúnes con los amigos para conversar y comer un rico plato de pastas la noche anterior.
Si bien este año fue diferente, una versión aplazada en una fecha que no era la de siempre, el ánimo y espíritu estaba intacto. Como Reinas del Pedal viajamos 11 mujeres a una casa, todas con objetivos distintos, unas fueron por los 168 y otras por los 80K, pero todas en búsqueda de lo mismo: Adrenalina, amistad, desafío, disfrute, compañerismo y, por sobre todo, evidenciar que somos capaces de esto y mucho más.
Viernes 13 de marzo y el cielo se cae del diluvio en Puerto Varas. Parece imposible pensar que en menos de 24 horas tendré que correr 168 kilómetros en esas condiciones climáticas, pero todos insisten en que se despejará y que nos tocará un día increíble. Dicho y hecho; sábado 14 de marzo y Puerto Varas amanece como pocas veces lo había visto antes a esa hora.
El paisaje es maravilloso, no así el frío. Mis amigas me molestan por lo friolenta que puedo llegar a ser, así que trato de entrar en calor sin mucho éxito. Sólo quiero que comience para que termine rápido. Sabía que lo lograría, pero que sufriría, que no sería una carrera fácil. Había estado entrenando indoor, pero me hacían falta varios fondos de más de 130K para acostumbrarme a estar largas horas sobre la bicicleta.
8:10 y ya me encajono, nerviosa por la partida neutralizada que suele dejarme atrás por miedo a los frenazos, y esta vez no fue la excepción. 8:30 en punto comenzamos, con una neutralización peculiar, planos muy lentos que producen un par de caídas que aumentan mi nerviosismo, por lo que me pierdo de mi grupo y asumo que tendré que ir sola, buscando alguna rueda generosa por ahí. Y así se desenvuelve mi carrera, sin un pelotón estable, sino que en base a encuentros fortuitos que me van agotando la energía, pero que aún así me permiten ir avanzando.
Después de 130 kilómetros, ya estoy exhausta, mi espalda y piernas me dicen que no lo lograré, pero mi cabeza insiste que sí. No he comido ni me he hidratado bien, errores que evidentemente me juegan una mala pasada, pero afortunadamente el compañerismo en ruta me emociona una vez más, mucho apoyo, sobre todo entre el género, palabras de aliento y paisajes que me recuerdan por qué estoy ahí.
Ya llevo 150 kilómetros y me caen algunas lágrimas de agote y emoción, no puedo más, pero rendirme no es alternativa. Los últimos kilómetros se hacen realmente eternos y cuando veo la meta no lo puedo creer, ocupo mi último 1% en el sprint final y la cruzo llorando como una magdalena, pero estoy increíblemente feliz de haberla terminado y haber dado mi 100%.
Como siempre, el dolor se olvida y se transforma en felicidad pura, nos reunimos todas nuevamente y empezamos a compartir nuestras experiencias, nos abrazamos, nos felicitamos: ¡Lo hicimos!
Me voy con el corazón lleno, impresionada y sin dejar de sorprenderme nunca con todo lo que el ciclismo te puede entregar en tantos sentidos. Me llevo un sexto lugar en la general y un primer lugar en mi categoría, que me motiva a ir por mucho más, a seguir creciendo junto a este deporte, a seguir asistiendo a todas las actividades que me sean posibles y a seguir contagiando a más mujeres para que puedan vivir estas experiencias que llenan el alma. Aún así, me prometo que no volveré a hacer nada igual sin estar lo suficientemente preparada jaja.
Por Nicole Lavanchy
Fecha de la carrera: Sábado 14 de marzo de 2020